Personalizar la educación con Inteligencia Artificial
- Dra. Ma Antonia Casanova

- 11 ago
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Dra. Mª Antonia Casanova
Las paradojas son una constante en la vida humana y en la historia de la humanidad. En tiempos en los que prevalece la idea de la necesidad de personalizar la educación mediante el reconocimiento de la diversidad que presenta cada estudiante, cada persona, en definitiva, en un planteamiento de educación permanente, aparece la Inteligencia Artificial (IA) que pareciera intentar homogeneizar a la población a través de su recopilación de datos a todos los niveles y en todas las cantidades imaginables, pues favorece el acceso a esta por parte de cualquiera y elabora todo tipo de trabajos (hasta lo que nos resulta impensable en estos momentos) de forma impecable, correcta…, mejor que lo pudiera hacer cualquier inteligencia natural. Y en tiempos mínimos, con respuestas instantáneas a las preguntas o propuestas que le planteemos.

Ante esta realidad, estamos contemplando reacciones variadas, a favor y en contra de la generalización de la IA y de su incorporación activa a los sistemas educativos institucionales. Siempre, ahora mismo, con reticencias e incertidumbres basadas en el no conocer hasta dónde podemos manejarla o ella nos pueda manejar a nosotros. En los avances que puede suponer el contar con ella para muchas tareas que realiza con gran eficacia, sin que ello suponga la eliminación de las funciones docentes, esenciales para conseguir una educación integral de la persona; no solo su instrucción, sino su desarrollo social afectivo, emocional…, aspectos humanos por excelencia, que resultan inaccesibles para la IA. Que tampoco conoce los valores éticos o morales, evidentemente. “Sabe” mucho, pero no dispone de la sensibilidad ni de la inteligencia necesarias como para manejar esos datos de forma adecuada en una sociedad que se rige por reglas de acción para la convivencia respetuosa y amigable, imprescindible a la hora de tomar decisiones importantes que tendrán repercusión en nuestro futuro próximo.
Hay que reconocer, además, que la IA ya está entre nosotros. No es algo que llegará. Ya ha llegado, aunque no seamos conscientes de ello. De lo que se trata, entonces, es de no desaprovechar las ventajas que nos ofrece, pero sí de controlar su uso indiscriminado que derive en un mundo con “una máquina más humanizada y un hombre más mecanizado”, como afirma Paolo Benanti (entrevista en Ethic, 6 de febrero de 2025).
Bien, pero como comenzaba estas reflexiones, la paradoja es habitual en nuestra vida. Y, al igual que se percibe el riesgo de uniformidad en los trabajos y en las personas por el uso de la IA, también hay que pensar en las posibilidades inmensas que posee para lograr esa educación inclusiva prevista en nuestro sistema mediante la personalización de esa educación que, cada día que pasa, requiere una mayor diversificación para adecuarse a las peculiaridades de aprendizaje de cada cerebro, es decir, de cada persona. Un reto complejo, como afirman muchos docentes en activo, al que puede ayudarnos la IA si la conocemos y somos capaces de dominar su enorme potencialidad.
En definitiva, la IA responderá a las cuestiones que se le presenten en función de los datos que el profesor o el experto que la maneje le introduzca y le ordene, de modo que se ajuste a los objetivos que, en cada ámbito de actuación, se quieran conseguir. Siempre habrá una persona que dirija, que introduzca información pertinente, que oriente, que organice… Esa es la clave para que la IA resulte apropiada para aplicar a la personalización educativa, dentro de los parámetros que se marquen como adecuados para educar en cada uno de los niveles de la enseñanza.
Sin ánimo de exhaustividad, podemos afirmar que la educación personalizada, que responde a la diversidad del alumnado, se favorece con la IA porque:
Posibilita la selección de información necesaria en cada situación. El alumnado podrá acceder, cuando lo precise, a los conocimientos que haya que trabajar.
Permite respetar el ritmo de apre
ndizaje del alumnado. Al realizar una inmersión personal en las distintas informaciones, cada estudiante puede avanzar a un ritmo diferente.
Respeta el estilo de aprendizaje. El estudiante puede seleccionar entre las múltiples formas de presentación de los contenidos que se hayan de trabajar: escrita, oral, musical, plástica, gestual, etc. La IA pone a nuestra disposición cualquier tipo de exposición posible.
Se ajusta a las capacidades y talentos individuales.
Responde a diferencias culturales, contextuales, situaciones específicas transitorias, de género, etc.
Desarrolla la autonomía del estudiante. Podrá tomar decisiones en su modo de aprender, la organización plena de sus tiempos, la elección de contenidos adecuados para alcanzar los objetivos previstos, etc.
Favorece el pensamiento crítico. Al recibir informaciones múltiples y numerosas, se deberá discernir entre las que resultan válidas de las que son falsas, erróneas o no apropiadas para lo que se pretende.
Elimina tiempos inútiles en la búsqueda de información. Algo importante para poder aprovechar el tiempo -fundamental en educación, nunca se puede recuperar- es la facilidad y la rapidez con que la IA responde a las preguntas planteadas.
Facilita centrarse en la consecución de los aprendizajes y competencias clave. Eliminar tiempos inútiles en búsquedas, por ejemplo, permite concentrar la atención en lo esencial de la educación.
Posibilita trabajos individuales y trabajos cooperativos. Ambas opciones resultan viables con la IA. Se puede acceder unilateralmente a determinados datos y promover, a continuación, asambleas, diálogos simultáneos, coloquios, debates, puestas en común…, dentro del grupo-clase. Se favorecerá, de este modo, la comunicación, socialización y desarrollo afectivo del discente.
Deja tiempo para la reflexión. Resulta decisivo disponer de esos espacios y tiempos para reflexionar, lo que puede superar la disyuntiva entre la rapidez y la profundización, conceptos y realidades habitualmente opuestos. Es importante aprender pronto, pero sin perder la profundidad de las nuevas adquisiciones, conformando estructuras mentales avanzadas.
Favorece la implementación de un currículum provisional, sistemático, democrático, funcional, ecológico, integrado, intercultural, diversificado, influyente en la escuela global, tal y como exige la actualidad científica de nuestro tiempo. La IA se actualiza de modo continuo, lo que permite disponer de datos de última hora en cada momento. Esto supone que cada estudiante podrá adecuar su avance en función de sus intereses y posibilidades, sin límites externos a su aprendizaje.

En definitiva, son muchas las ventajas que presenta la IA para avanzar en educación profunda, aunque preservando a los más jóvenes de un posible pensamiento único favorecido por esa facilidad de obtener información y asumirla sin aplicar ningún tipo de criterio personal o crítico de lo que se está recibiendo; esta situación derivaría en posibilidades enormes de manipulación, por parte de los poderes que manejaran la IA, hacia el conjunto de la ciudadanía, nada recomendable en una sociedad democrática.
Por ello, al igual que cuando se defiende la autonomía pedagógica de los Centros se insiste en la necesidad de un proceso de evaluación permanente que garantice la calidad educativa, cuando se aboga por la IA hay que apostar por el desarrollo del pensamiento crítico, divergente, que preserve de posibles intromisiones no deseadas en la vida personal y global de la sociedad.
Ya tenemos la IA entre nosotros, ya hay programas interesantes que la utilizan en los centros docentes, ya podemos aprovechar sus ventajas y también aplicarla con inteligencia natural suficiente como para que todo sean beneficios para el mundo de la educación.
Publicado en la Revista del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Madrid, número 317.
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Muchas Gracias por sus aportaciones en un tema vigente y polemico, estimada Doctora María Antonia Casanova. Después de leerla con atención, coincido plenamente con usted: "Hay que apostar por el desarrollo del pensamiento crítico, divergente, que preserve de posibles intromisiones no deseadas en la vida personal y global de la sociedad."
Saludos desde La Paz, Baja California Sur, México.