LOS ESTILOS EDUCATIVOS PATERNOS: SU CLASIFICACIÓN EN EL SIGLO XX Y SU EVOLUCIÓN EN LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI. LA RELACIÓN FAMILIA ESCUELA.
- Susana Sorribes Membrado

- 6 mar
- 11 Min. de lectura
Susana Sorribes Membrado
Inspectora de Educación
CV España
El estudio de los estilos parentales tiene sus raíces en la psicología del desarrollo y se ha convertido en un campo clave para comprender cómo las prácticas de crianza influyen en el desarrollo y comportamiento de los hijos. El estudio de los estilos parentales nació como una forma de sistematizar y categorizar las diversas formas en que los padres interactúan con sus hijos y cómo estas interacciones afectan el desarrollo infantil.
El estudio de los estilos parentales comenzó a tomar forma en la década de 1960 con la investigación pionera de Diana Baumrind, una psicóloga del desarrollo que se interesó en cómo las prácticas de crianza influían en el comportamiento y el desarrollo de los niños. Baumrind (1967) realizó estudios observacionales en los que identificó diferentes patrones de conducta en la interacción entre padres e hijos, y propuso que estos patrones podían agruparse en distintos estilos de crianza.
La tipología de estilos parentales ha evolucionado significativamente desde las propuestas clásicas de autores como Diana Baumrind, y Macoby y Martin. Si bien en la década de los 60 y 90 del siglo XX se establecieron los modelos fundamentales de crianza que diferenciaban entre estilos autoritarios, permisivos, negligentes, y democráticos o autoritativos, en las últimas décadas han emergido nuevas tipologías de padres y familias que reflejan los cambios sociales y culturales de nuestra época. Entre estas nuevas categorías se encuentran modelos como los padres "coral", "helicóptero" y "tigres", cada uno con características que responden a tendencias y valores actuales en el ámbito de la crianza.
Origen del Estudio de los Estilos Parentales
Los estilos educativos paternos son un conjunto de actitudes y comportamientos que los padres adoptan en la crianza de sus hijos. Estos estilos no solo influyen en la conducta de los niños, sino también en su desarrollo emocional y social. Los estilos clásicos nacen del cruce de dos grandes dimensiones la responsabilidad, amor o apoyo y de una segunda dimensión centrada en el control, y la disciplina, siendo dimensiones con gradientes de más aplicación a menos aplicación (Sorribes y Garcia-Bacete, 1996).
Baumrind (1967) propuso inicialmente tres estilos parentales: autoritario, autoridad democrática (o autoritativo), y permisivo. Diana Baumrind fue pionera en la clasificación de estilos parentales, identificando tres modelos que diferencian entre la demanda y la respuesta emocional de los padres:
Estilo Autoritario: Padres exigentes y con alto control, imponen normas estrictas con poco margen para el diálogo y la flexibilidad.
Estilo Permisivo: Padres poco controladores, permiten al niño una gran libertad y pocas reglas, priorizando la expresión libre sobre la disciplina.
Estilo Democrático: Padres que combinan demandas altas con apoyo emocional, fomentando la independencia, pero con límites claros. Este estilo es considerado el más equilibrado y beneficioso para el desarrollo infantil.
Posteriormente, otros investigadores añadieron un cuarto estilo, el negligente o indiferente (Maccoby & Martin, 1983).
Estilo Autoritario: Los padres autoritarios imponen reglas estrictas y esperan obediencia sin cuestionamientos. Se caracterizan por un alto control y poca calidez. Baumrind observó que este estilo podía generar niños obedientes, pero con problemas en habilidades sociales y baja autoestima.
Estilo Autoritativo: Este estilo se caracteriza por un equilibrio entre control y apoyo. Los padres autoritativos establecen normas claras, pero también son receptivos y comprensivos con las necesidades de sus hijos. Baumrind encontró que los niños criados bajo este estilo mostraban una mayor competencia social y autonomía.
Estilo Permisivo: Los padres permisivos son indulgentes y tienden a evitar la confrontación. Ofrecen poco control y mucha libertad a los niños, lo que puede llevar a problemas de autocontrol y comportamiento disruptivo.
Estilo Negligente (Indiferente o Desapegado): Este estilo, identificado posteriormente por Maccoby y Martin (1983), se caracteriza por una falta de atención y apoyo emocional hacia el niño, combinado con un bajo nivel de control y supervisión. Este estilo ha demostrado ser el más perjudicial, asociado con problemas graves en el desarrollo social y emocional.
Influencia y Desarrollo del campo de estudio de los estilos parentales.
El trabajo de Baumrind fue fundamental para establecer un marco teórico que permitió a los investigadores explorar cómo las variaciones en los estilos parentales pueden predecir resultados específicos en el desarrollo infantil y adolescente. La investigación en este campo ha mostrado consistentemente que los estilos parentales tienen un impacto significativo en diversas áreas del desarrollo, incluyendo el comportamiento, la salud mental, el rendimiento académico y las relaciones sociales.
El estudio de los estilos parentales ha evolucionado desde entonces, con investigaciones posteriores que han examinado factores culturales, socioeconómicos y de género. Los estilos parentales siguen siendo un enfoque clave en la psicología del desarrollo, especialmente en la investigación sobre el bienestar infantil y la prevención de problemas de conducta. La investigación de Baumrind, permitió establecer un marco para comprender cómo las prácticas de crianza afectan el desarrollo de los niños. Su clasificación de los estilos parentales ha sido ampliamente utilizada y ha inspirado décadas de investigación, influyendo en prácticas de crianza, intervenciones familiares y políticas educativas en todo el mundo.
A continuación, se presenta la tabla 1 con los estilos educativos parentales, sus características principales y los efectos asociados en los hijos varones e hijas, así como por las diferentes edades de los hijos, con citas bibliográficas, a modo de resumen de la multitud de investigaciones y variables que han sido relacionadas con los mismos para determinar los efectos beneficiosos o positivos o los efectos negativos de estos en la crianza.
Tabla 1: Resumen de las tipologías clásicas de estilos parentales y sus efectos


Las Nuevas Tipologías de los estilos parentales.
Con el paso del tiempo y ante las nuevas configuraciones de las familias, y en definitiva ante los cambios sociales y económicos que han sufrido la institución familiar a lo largo de estas décadas, las investigaciones han ido reflejando que los estilos de crianza mostraban la diversidad y complejidad de los entornos familiares actuales.
En este nuevo siglo XXI se han ampliado los estilos con nuevas categorías defendidas por diversos autores, y cada estilo tiene sus fortalezas y desafíos, y su éxito depende en gran medida de cómo se adapte a las necesidades individuales del niño. En la práctica educativa, es fundamental que los docentes comprendan estas diferencias para trabajar en colaboración con las familias, ofreciendo apoyo y orientación según el contexto y las necesidades particulares de cada estudiante.
Los cambios culturales, económicos y tecnológicos de las últimas décadas han generado nuevas formas de crianza que se adaptan a las complejidades de la sociedad contemporánea. Estas nuevas tipologías incluyen:
1. Padres Helicóptero
Estos padres están altamente involucrados en la vida de sus hijos, a menudo supervisando y controlando cada aspecto de su desarrollo y actividades. Su objetivo es proteger al niño de cualquier tipo de error o experiencia negativa, lo que puede limitar la autonomía y resiliencia del niño.
Consecuencias: Los hijos de padres helicóptero pueden experimentar ansiedad, baja tolerancia a la frustración y poca independencia (Nelson, 2010).
2. Padres Tigres
Propuestos por Amy Chua (2011), los "padres tigres" practican una crianza altamente demandante, con expectativas estrictas en el ámbito académico y actividades extracurriculares. Este estilo se centra en la excelencia y disciplina, bajo la premisa de que la perseverancia es clave para el éxito.
Consecuencias: Puede fomentar el logro y la disciplina, pero también generar estrés y sentimientos de insuficiencia en el niño si las expectativas son excesivas.
3. Padres Free-Range Kids (Niños de Rango Libre)
Este estilo, promovido por autores como Lenore Skenazy, fomenta la autonomía y libertad supervisada. Los padres free-range permiten a sus hijos explorar, tomar riesgos y enfrentarse a desafíos por sí mismos, con la creencia de que esto desarrolla la confianza y la independencia. (Skenazy, 2009):
Consecuencias: Los hijos aprenden a resolver problemas y a gestionar riesgos, pero puede ser percibido como un estilo arriesgado en sociedades más protectoras.
4. Padres Coral
Esta tipología moderna propone que la familia actúe en conjunto, donde cada miembro tiene voz y un papel en la toma de decisiones, fomentando la participación y el respeto mutuo. Inspirados en la dinámica de los corales, estos padres creen en el equilibrio entre el apoyo y la autonomía.
Consecuencias: Los niños desarrollan habilidades de comunicación y toma de decisiones, aunque pueden necesitar orientación en situaciones donde se requiere una autoridad clara. (Pardo, 2020)
5. Padres de Crianza Positiva
Este estilo combina el enfoque de disciplina respetuosa y apoyo emocional, basado en la teoría de la disciplina positiva (Nelsen, 2006). Los padres de crianza positiva se centran en el fortalecimiento de la autoestima y la empatía, usando el diálogo en lugar de castigos.
Consecuencias: Fomenta la autoestima y la empatía, pero su éxito depende de la consistencia y de que los padres establezcan límites claros y firmes.
6. Padres Tecnológicos o Digitales
Este estilo es característico de aquellos padres que integran la tecnología en la crianza, utilizando aplicaciones de control parental, plataformas educativas y redes sociales para supervisar y enriquecer la educación de sus hijos. No obstante, existe un riesgo de dependencia excesiva de la tecnología.
Consecuencias: La tecnología facilita el aprendizaje y la supervisión, pero puede causar dependencia en los hijos y generar problemas de privacidad y seguridad.
7. Padres Zen o Mindfulness
Inspirados en la filosofía mindfulness, estos padres promueven un enfoque tranquilo y sereno, enseñando a sus hijos la importancia de la autorregulación emocional, el respeto a las emociones y el equilibrio entre cuerpo y mente.
Consecuencias: Los hijos aprenden a gestionar sus emociones y a mantener la calma en situaciones de estrés, aunque puede ser necesario complementar con límites claros en situaciones de alta exigencia.
Tabla 2: Resumen de las Nuevas Tipologías de Padres y sus Características

Por último, si nos centramos en estos 5 últimos años del siglo XXI han aparecido nuevos estilos parentales más modernos que se enfocan en las grandes áreas que priman en la sociedad, como son: la búsqueda de consensos, estar en consonancia con la naturaleza de un modo sostenible, hacer un uso responsable y útil de las tecnología y de la IA y sobre todo en la construcción de líderes para una nueva era:
1. Padres de "Estilo Concertado". Este enfoque combina elementos de diferentes estilos parentales, adaptándose a las necesidades específicas de cada hijo. Los padres son flexibles y cambian su estrategia según las circunstancias o etapas del desarrollo infantil (Walker y Fraser, 2019). Fomenta el desarrollo integral y personalizado de cada hijo, potenciando fortalezas individuales.
2. Padres "Digitales" o "Tecnológicos": Padres que integran herramientas tecnológicas para supervisar, educar y entretener a sus hijos. Se enfocan en la enseñanza del uso responsable de dispositivos y en el monitoreo del bienestar digital. (Livingstone y Blum-Ross, 2020). Promueve competencias digitales, pero puede aumentar la dependencia tecnológica si no se regula.
3. Padres "Sostenibles”: Enfocados en inculcar valores relacionados con la sostenibilidad, el cuidado del medioambiente y el consumo responsable. Su crianza incluye prácticas como el minimalismo y la conexión con la naturaleza (Ginsburg y Jablow, 2021). Fomenta la responsabilidad social y el respeto por el entorno natural.
4. Padres "Alfa”: Un estilo emergente que combina estrategias tradicionales de crianza con un enfoque de liderazgo, en el que los padres se posicionan como mentores de sus hijos, estableciendo metas claras y promoviendo la autoeficacia. (Wood, 2022). Potencia el liderazgo y la independencia, pero puede generar presión si no se equilibra.
Tabla 3 Las modernas Tipologías Parentales

La Relación Familia-Escuela ante los cambios del siglo XXI.
La relación familia-escuela es un factor fundamental en el desarrollo y aprendizaje de los estudiantes en el siglo XXI. La implicación de la familia en la educación de los hijos es clave para un progreso académico y social efectivo, pues su influencia impacta la motivación, el rendimiento y el comportamiento del estudiante en el ámbito escolar. Esta colaboración es particularmente importante en contextos actuales donde se presentan diversas configuraciones familiares y desafíos sociales.
Implicaciones de la Familia en la Escuela
Las familias y la escuela cumplen un papel complementario en la educación de los estudiantes, y su cooperación fomenta un ambiente educativo integral. Cuando la familia se involucra en el proceso educativo, los estudiantes desarrollan un sentido de pertenencia y compromiso, lo que potencia su autoconfianza y habilidades sociales
(Epstein, 2011). Sin embargo, esta relación también plantea desafíos y requiere que ambas partes se adapten a los cambios sociales y a las diferentes realidades familiares, como el aumento de familias monoparentales, los cambios derivados de separaciones o divorcios, y el impacto de las redes sociales en la dinámica familiar y escolar.
En este sentido en la Tabla 4 presentamos las ventajas y desventajas de esta relación familia-escuela en aspectos tan claros como la mejora del rendimiento escolar, desarrollo emocional, comunicación fluida entre los dos miembros de la diada, y apoyo en el uso de las tecnologías.
Tabla 4 Ventajas y Desventajas de la Relación Familia-Escuela

Actuaciones de la Escuela ante Diversas Realidades Familiares
Del mismo modo que la familia se implica en la escuela, esta también se implica en las familias y sobre todo cuando estas realidades familiares denotan carencias o insuficiencia para llevar a cabo el elemento fundamental de la familia que es el primer agente socializador. Por ello en función del tipo de familia la estrategia de la escuela debe ser diferente:
1. Familias Desestructuradas
o Es fundamental establecer una comunicación empática con el estudiante y sus familiares. La escuela debe ofrecer apoyo emocional y recursos de orientación, sin emitir juicios sobre la estructura familiar.
o Los centros educativos pueden implementar programas de tutoría y orientación personalizada para fomentar la resiliencia emocional de los estudiantes que experimentan inestabilidad familiar (García-Bacete, 2010).
o La creación de un plan de comunicación flexible que respete la privacidad de cada situación ayuda a coordinar el apoyo con otros profesionales, como psicólogos o trabajadores sociales.
2. Situaciones de Separación o Divorcio
o En casos de separación o divorcio, la escuela debe mantenerse neutral y respetuosa ante ambas figuras parentales, asegurando una comunicación transparente y equitativa.
o Es esencial definir acuerdos sobre el acceso a la información escolar de ambos padres, para evitar conflictos y fomentar la estabilidad del estudiante en el ámbito educativo.
o Ofrecer a los estudiantes un espacio seguro en el cual puedan expresar sus preocupaciones, acompañándolos a través de la orientación escolar en su adaptación emocional.
3. Impacto de las Redes Sociales y el Entorno Digital Familiar
o La escuela debe trabajar en colaboración con las familias para educar en el uso responsable y seguro de las redes sociales, abordando temas como la privacidad, el ciberacoso y la huella digital.
o Realizar talleres conjuntos entre familias y alumnos para establecer normas de uso de dispositivos y redes sociales, enfocándose en el respeto y el desarrollo del pensamiento crítico.
o Fomentar el diálogo entre docentes y familias para prevenir y manejar casos de conflictos en redes sociales, evitando así que los problemas del entorno digital afecten el entorno escolar.
Respuesta de la Escuela ante Situaciones Familiares Conflictivas
La escuela debe asumir un rol de acompañamiento y orientación ante situaciones familiares conflictivas, garantizando que el ambiente educativo se mantenga seguro y propicio para el aprendizaje del estudiante. La respuesta debe estar enfocada en:
Intervención temprana y colaboración interdisciplinar: La detección y el abordaje temprano de problemas mediante equipos de orientación escolar y el trabajo conjunto con servicios externos, como orientadores familiares o servicios sociales, son cruciales para mitigar el impacto de los conflictos familiares (Pianta, 2014).
Desarrollo de programas de mediación: La escuela puede ofrecer talleres de mediación y resolución de conflictos, dirigidos tanto a los estudiantes como a las familias, para dotarles de herramientas que fortalezcan la comunicación y el entendimiento en el ámbito familiar.
Formación de docentes en gestión de conflictos familiares: Es fundamental que los docentes y el personal de apoyo reciban capacitación en la identificación y manejo de situaciones familiares conflictivas, así como en estrategias de comunicación empática y habilidades de mediación.
Propuestas para Mejorar la Actuación Educadora de los Padres
La implicación de la familia en la educación escolar presenta grandes oportunidades para el desarrollo integral del alumnado, al fortalecer el aprendizaje y el desarrollo socioemocional. Sin embargo, esta relación también conlleva desafíos que requieren de estrategias colaborativas y un enfoque adaptativo por parte de los centros educativos, especialmente en situaciones familiares complejas.
La escuela, como institución clave en la sociedad, debe adaptarse a las nuevas realidades familiares y fomentar un entorno educativo inclusivo y seguro para todos los estudiantes. Pero al mismo tiempo pueden facilitar los espacios de aprendizaje para los padres para mejorar sus acciones educadoras. En este sentido la institución escolar en sus ESCUELAS DE PADRES puede favorecer el aprendizaje de estrategias para ser PADRES MODELOS que fomenten las siguientes características:
1. Equilibrio entre Autonomía y Supervisión
o Fomentar la independencia de los hijos con límites claros y apoyo emocional.
o Integrar actividades que promuevan la resolución de problemas y la adaptabilidad.
2. Integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la Crianza
o Uso de aplicaciones para la supervisión educativa, como plataformas que monitoricen el progreso académico o el bienestar emocional.
o Utilizar asistentes virtuales para reforzar hábitos positivos, como la lectura diaria o el aprendizaje autónomo.
3. Educación Digital para Padres e Hijos
o Capacitar a los padres en el uso responsable de la tecnología para proteger a sus hijos de riesgos en línea.
o Establecer tiempos y espacios libres de dispositivos para fomentar la comunicación familiar.
4. Promoción de la Coeducación y la Empatía
o Involucrar a ambos progenitores en la crianza, independientemente de los roles tradicionales.
o Fomentar la empatía y la resolución de conflictos mediante el ejemplo.
Conclusión
El estudio de los estilos parentales ha evolucionado significativamente desde las tipologías clásicas de Baumrind y Macoby y Martin hasta las modernas categorizaciones adaptadas a los cambios sociales y tecnológicos de este siglo XXI. En un mundo donde la inteligencia artificial transforma la educación y la vida diaria, es fundamental que los padres combinen estrategias de autonomía, supervisión y uso responsable de la tecnología. Al adoptar un enfoque equilibrado y consciente, los padres pueden preparar mejor a sus hijos para los desafíos del siglo XXI.
Del mismo modo la escuela del siglo XXI debe estar preparada para afrontar los conflictos con familias conflictivas y tener claro cuáles deben ser las áreas de educación no solo de los alumnos sino también de los padres para afrontar una paternidad de calidad y lograr el éxito de crear lideres para un nuevo siglo.
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