Cerebro y pincel
- Dra. Beatriz Pizarro de Zulliger
- 9 ago 2024
- 4 Min. de lectura
"La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación abarca el mundo entero, promoviendo el progreso y siendo la fuente de la evolución del conocimiento. Por lo tanto, la imaginación rica y audaz es la verdadera creadora de arte y ciencia." Einstein
En un mundo en constante evolución, donde la inteligencia artificial está transformando el panorama laboral y social, la educación de los niños y jóvenes se vuelve aún más crítica. La adquisición de nuevas habilidades y competencias será esencial para prosperar en este nuevo entorno y serán esenciales para la inserción laboral y el bienestar personal en el futuro.
Entre las áreas del desarrollo humano, la educación estética, que ha sido durante mucho tiempo relegada a un complemento manual o cultural de la enseñanza escolar, cobra una importancia que ya algunos investigadores comienzan a vislumbrar que la formación artística desarrolla habilidades transferibles y valiosas para cualquier campo futuro. Numerosas investigaciones relacionan las habilidades que se potencian gracias al estudio y práctica del arte, con las que en el futuro de la persona podrá echar mano.
En una recopilación de algunos de estos estudios descubrimos que:
La práctica artística fomenta el pensamiento divergente, la capacidad de generar múltiples soluciones a un problema.
Adaptabilidad y resiliencia
Atención al detalle y perfeccionismo
Gestión del tiempo y planificación
Pensamiento crítico y análisis
Automotivación y disciplina
Tolerancia a la ambigüedad
Innovación y toma de riesgos
Autoconciencia y reflexión
La educación artística no solo enriquece la vida de las personas en las distintas etapas de su vida, sino que también las prepara para un futuro incierto. Al desarrollar habilidades cognitivas, emocionales y sociales esenciales, el arte prepara a las personas para adaptarse a los cambios, resolver problemas de manera creativa y contribuir de manera significativa a la sociedad. Es hora de repensar el papel del arte en la formación y darle el lugar que se merece como una herramienta fundamental para el desarrollo human.
Mara Dierssen, neurobióloga, afirma en un artículo periodístico de El Mundo, que “el arte y la ciencia no son dos actividades humanas tan diferentes. Asegura que su forma de acercarse a la ciencia es la misma que la de un artista: «Ambas requieren de creatividad, capacidad para ver las cosas con ojos diferentes, y de no pasar por encima. El pintor se fija en los detalles, el científico ve lo que otros no ven». Y así como las neurociencias van iluminando nuestra comprensión sobre la importancia de los distintos aspectos que nos constituyen como seres humanos, la antigua sabiduría de los pueblos expresa en relatos míticos lo que hoy la ciencia corrobora.
El pincel mágico de Ma Liang
Gragea 23
Pronto el homínido
descubrió la belleza,
luego llegaría
a defender la verdad
y al fin
a pretender la justicia.
Ma Victoria Reyzábal
La leyenda china del pincel mágico cuenta que había una vez un niño llamado Ma Liang que deseaba intensamente ser pintor, pero como era huérfano tenía que subsistir vendiendo leña y levantando montañas de heno para vender. Un día vio un grupo de niños con su maestro pintando los paisajes de su comarca y, acercándose al ellos, pidió ser discípulo para aprender a pintar. El maestro trató de hacerle ver la locura que pretendía: un niño tan pobre que debía ganar su alimento vendiendo leña no tenía tiempo para pintar. Ni siquiera podía comprar un pincel. Pero Ma Liang no se rindió.
Cada minuto que tenía libre lo dedicaba a la pintura, cuando recogía leña, en los descansos dibujaba en tierra con palitos los paisajes, las montañas, los pájaros que acompañaban su mirada al cielo.
Cuando iba al río a buscar peces para comer, dibujaba en la tierra húmeda lo que veía en el lecho de piedras. Con los carboncillos que quedaban en su cocina de barro llenaba de dibujos las paredes de su choza.
Fue creciendo y así también crecía su habilidad. Su observación profunda de la naturaleza en la que convivía se fue haciendo cada vez más sabia, logrando que esa vida se trasladara a sus dibujos. Su mayor anhelo, sin embargo, era poder comprar un pincel.
Una de esas noches en que la dura jornada de trabajo y el invierno helado cubría de cansancio sus esperanzas, juntó los últimos restos de carboncillos de la hoguera y cayó profundamente dormido.
En sueños un anciano de barba blanca le ofrecía un pincel, mientras le decía: “has perseverado y mereces este premio más que nadie. Úsalo bien”.
Despertó sobresaltado, sintiendo que su vívido sueño era su propio deseo y nada más, pero ya esa noche no pudo volver a dormir poque se repetía una y otra vez la imagen del pincel en sus manos.
Sin embargo, al despertar el alba anunciando el nuevo día, junto a su lecho de pajas, encontró un pincel.
En su alegría, sintiendo que su alma volaba, comenzó a pintar esas aves que tanto había estudiado en el bosque. Sin embardo descubrió desconcertado que el pajarillo que terminaba de pintar cobraba vida y salía volando. Su pincel era mágico, daba vida a lo que él creaba.
Recordando las palabras del anciano comenzó a usar su pincel para hacer el bien.
Pintó comida para los hambrientos y ropa para los pobres, ríos donde había desiertos y hogares para los huérfanos. Ma Liang pintaba para todos los aldeanos. Al que no tenía arado, le pintaba un arado. Al que no tenía azadón, le pintaba uno.
Su fama se fue extendiendo y llegó a los oídos de un tirano emperador que pronto quiso conseguir el pincel mágico y a su dueño.
Cuando el emperador capturó a Ma Liang, le ordenó que pintara una montaña de oro.
Ma Liang, pintó la montaña de oro, pero rodeada por el mar. El emperador exigió un barco para navegar y recoger el oro, y Ma Liang lo pintó, pero tan pronto como el emperador subió al barco, Ma Liang pintó un fuerte viento que se lo llevó mar adentro y nunca más se le volvió a ver. Había librado al pueblo de un tirano sin corazón.
Ma Liang continuó utilizando su pincel mágico para ayudar a los necesitados. Su historia se convirtió en una leyenda, inspirando a las generaciones venideras a usar sus talentos para hacer del mundo un lugar mejor.
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